
El código de acceso a su corazón cambia todas las noches. A veces, la concha es dura como una piedra. Por mucho que pruebe mil combinaciones en forma de caricias y palabras de apoyo, apenas consigo quedarme en las puertas de su misterio. Sin embargo, ¡me gusta tanto hacer crujir esa concha! Escuchar ese pequeño ruido que produce al desactivarse, ver los hoyuelos que se marcan en la comisura de sus labios y que parecen decir “¡sopla!”. El sistema de protección volando en dulces pedazos.
5 comentarios:
Mola la ilustración, y apreciar los mecanismos aun cuando cueste o no se abran
Buenas noohhches
Yo lo estoy leyendo ahora (:
Señorita de Libros de Bonito, te quiero proponer una cosa para una revista en la que coordino contenidos. como no veo un email de contacto por ninguna parte, por favor, escríbeme a laura@clmag.com y te comento, a ver si lo que te propongo te interesa:)
soy una despistada de la vida, es laura@clmag.es
Se lo regalé a mi hermana y me lo devolvió emocionada a las dos horas diciéndome que lo leyera yo.
Grande!
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